EL ALZHEIMER
- Edgar Sajche
- 17 jun
- 4 Min. de lectura
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral progresivo que afecta principalmente la memoria, el pensamiento y la capacidad de realizar tareas cotidianas. Es la causa más común de demencia en personas mayores y se caracteriza por la pérdida gradual de habilidades cognitivas.
¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia que se desarrolla gradualmente a lo largo de varios años. Afecta inicialmente las áreas del cerebro responsables del pensamiento, la memoria y el lenguaje. Con el tiempo, los cambios cerebrales conducen a síntomas que empeoran progresivamente. La enfermedad provoca la muerte de células nerviosas y la reducción del tamaño del cerebro.
Síntomas de la enfermedad de Alzheimer
Algunos de los síntomas comunes incluyen:
Deterioro de la memoria: Dificultad para recordar eventos recientes, nombres o conversaciones.
Problemas de lenguaje: Dificultad para encontrar las palabras correctas, problemas para seguir conversaciones.
Desorientación: Confusión sobre el lugar, la hora o el día de la semana.
Cambios en el estado de ánimo y la personalidad: Irritabilidad, ansiedad, depresión o apatía.
Dificultades en la realización de tareas cotidianas: Problemas para vestirse, comer o realizar tareas domésticas.
Causas y factores de riesgo
Si bien la causa exacta de la enfermedad de Alzheimer no se conoce completamente, se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales influyen en su desarrollo. Algunos factores de riesgo incluyen:
Edad: El riesgo aumenta con la edad, especialmente después de los 65 años.
Historia familiar: Tener un familiar cercano con Alzheimer aumenta el riesgo.
Factores genéticos: Existen variantes genéticas que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
Factores de riesgo cardiovascular: La hipertensión, la diabetes, el colesterol alto y el tabaquismo pueden aumentar el riesgo.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se realiza mediante una evaluación clínica que incluye pruebas de memoria, lenguaje y habilidades cognitivas. Además, se pueden utilizar pruebas de biomarcadores para detectar la presencia de placas y ovillos en el cerebro. Aunque no existe cura para la enfermedad de Alzheimer, existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
Etapas de la enfermedad
La enfermedad de Alzheimer progresa en diferentes etapas, desde leve hasta grave.
Etapa temprana (leve):
Los síntomas pueden ser sutiles y afectar principalmente la memoria reciente y la capacidad de concentrarse.
Etapa intermedia (moderada):
Los síntomas se hacen más evidentes, incluyendo dificultades en el lenguaje, desorientación y cambios en la personalidad.
Etapa tardía (grave):
La persona afectada puede perder la capacidad de comunicarse, reconocer a sus familiares y realizar actividades básicas de la vida diaria.
En resumen, la enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo complejo que requiere un diagnóstico y tratamiento tempranos para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias
El Alzheimer no empieza cuando lo diagnostican. Empieza hasta 20 años antes… en silencio. Y lo que casi nadie dice es que sí se puede prevenir, ralentizar e incluso revertir algunos daños. Aquí 8 verdades duras que necesitas saber:

1.) No es una parte “normal” del envejecimiento Olvidar nombres, llaves o citas no es algo que deba pasarte por cumplir años. Es una señal. • De inflamación cerebral • De desequilibrios químicos • De hábitos que están pasando factura No es edad. Es alerta.
2.) El Alzheimer comienza en el intestino Sí, en el intestino. La microbiota desequilibrada produce neuroinflamación silenciosa. • Aumenta la placa amiloide • Daña las conexiones neuronales • Reduce tu memoria antes de notarlo Cerebro sano empieza por barriga sana.
3.) Dormir mal es un factor de riesgo directo Un cerebro sin descanso no puede limpiar residuos tóxicos como la beta-amiloide. • Menos de 6h por noche = daño acumulativo • Sueño superficial = riesgo multiplicado • Apnea no tratada = detonante silencioso Dormir bien es más importante que comer bien.
4.) Los niveles bajos de vitamina D duplican el riesgo La falta de sol te cuesta memoria. Estudios han demostrado que: • Vitamina D < 20 ng/ml = riesgo x2 • Suplementación adecuada = reducción de deterioro cognitivo No es opcional. Es esencial.
5.) El azúcar es veneno para el cerebro El Alzheimer ya se llama “diabetes tipo 3” en algunos entornos médicos. ¿Por qué? • La insulina regula procesos neuronales • Exceso de glucosa = resistencia cerebral • Causa daño progresivo y silencioso Comer dulce hoy, olvidar mañana
6.) El ejercicio es la mejor prevención Moverte no solo previene infartos. También limpia tu cerebro. • Aumenta el flujo sanguíneo cerebral • Estimula neurogénesis (sí, creas nuevas neuronas) • Mejora memoria, foco y aprendizaje 30 minutos al día pueden retrasar años la enfermedad.
7.) La genética influye, pero no determina Tener genes de riesgo (como APOE4) no es una sentencia. • Estilo de vida saludable puede silenciar el gen • 1 de cada 3 casos se pueden prevenir, incluso con predisposición No es cuestión de suerte. Es de decisiones.
8.) Se puede revertir el deterioro leve si se actúa a tiempo Estudios como el de Dale Bredesen lo han demostrado: • Mejorando alimentación • Optimizando sueño • Reduciendo tóxicos • Corrigiendo deficiencias Los casos leves pueden retroceder. Pero el reloj no espera.
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